La espirulina destaca por las siguientes propiedades:
Proteínas: tiene una proporción de proteínas superior a la de otras fuentes, proporcionando un 65 por ciento de éstas al organismo.
Fácil digestión: la spirulina carece de celulosa, lo que hace que sea más fácil de digerir, incluso para las personas con mala absorción intestinal.
Minerales: la spirulina tiene una cantidad relevante de potasio, magnesio, calcio, zinc, manganeso, selenio, hierro y fósforo.
Vitaminas: la spirulina contiene una alta cantidad de vitaminas diversas como por ejemplo la vitamina E y otros elementos que destacan por sus propiedades antioxidantes, betacaroteno y todas las vitaminas del grupo B. Sin embargo, la vitamina B12 que aporta no es biodisponible para humanos, por lo que no sirve para sustituir la suplementación que requieren los veganos y vegetarianos.
Pigmentos: posee pigmentos en altas cantidades que podrían tener efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
Alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados.
Previene el envejecimiento precoz. Al tratarse de una fuente de antioxidantes como la vitamina A y la vitamina C, ayuda a disminuir el daño celular ocasionado por los radicales libres.